Las sardinas ahumadas son un pescado azul. Se elaboran a mano con sardinas frescas. Para ello, se seleccionan los lomos de sardina de mayor tamaño y peso.
Se filetea cada pescado y se recorta a tijeras. Posteriormente, se prepara con sal ahumada, sal marina y se introducen en aceite de girasol. Por ultimo, las sardinas se congelan durante 48 horas para garantizar la ausencia de anisakis, garantizando así un producto más seguro.
Así, se obtiene un producto carnoso y brillante, de sabor y textura suave y fina con un toque de humo delicioso. Perfectas para elaborar aperitivos y entrantes, como por ejemplo, montaditos, tostas... hay muchas maneras de disfrutarlas.
Además, las sardinas ahumadas debido a su alto contenido de nutrientes como la vitamina B6 y la vitamina D, ayudan a fortalecer los huesos, la piel y el sistema inmunitario.